18 de julio de 2009

Peña Nieto: el modelo bombón, receta para devolver Los Pinos al PRI

Salinas, Peña Nieto, y Beatriz Paredes, en la boda de la hija
de Emilio Chuyffuet Chemor.


Para que vean de que lado masca el Iguano.


Salinas, Vázquez Raña, Peña Nieto.


Por: Denisse Dresser


El copete acicalado. La sonrisa diamantina. La novia famosa. El gobierno dadivoso. La publicidad omnipresente. La pantalla alquilada. La alianza del guapo y los corruptos. Los componentes centrales del modelo de competencia política que el PRI construye y con el cual logra ganar. Los ingredientes fundamentales de la estrategia que el PRI despliega y con la cual logra arrasar. Una ecuación cuidada, perfectamente planeada: cara bonita + dinero + televisoras + publicidad + PRI dinosáurico = triunfo electoral.


Una fórmula concebida en el Estado de México y ahora instrumentada exitosamente a nivel nacional. Una fórmula patentada por los artífices de la “experiencia probada”, en busca de algo que puedan vender como “nueva actitud”. El modelo bombón. El modelo golden boy. El modelo Peña Nieto.



Con resultados a la vista y confirmados en esta elección. Distrito tras distrito, presidencia municipal tras presidencia municipal, diputación tras diputación, estado tras estado. Corredores azules que se vuelven tricolores; bastiones panistas que pasan a manos priístas; territorios del PRD que dejan de serlo. Guadalajara y Zapopan y Cuernavaca y Toluca y Ecatepec y Tlalnepantla y Atizapan y Naucalpan.



Tan solo en el Estado de México, el triunfo en 40 de 45 distritos electorales. El PRI, beneficiario del voto de castigo por una economía que se contrae más del 7 por ciento. El PRI, beneficiario de la inseguridad que la popularidad presidencial no logra remediar. El PRI, beneficiario de un PRD que se devora a sí mismo y un PAN que se traiciona a sí mismo. Pero más importante aún, el PRI beneficiario de la mejor inversión que ha hecho en tiempos recientes: la campaña publicitaria permanente que lleva a miles de mujeres a exclamar —en mítines de campaña— “Peña Nieto bombón, te quiero en mi colchón”.



El Astro boy de Atlacomulco, una criatura concebida por la dinastía política más importante del país que ahora busca dominarlo de nuevo. El político Potemkin, producto de un entramado de intereses políticos y empresariales que combina la modernidad mediática para llegar al poder, con los viejos métodos para ejercerlo. El mexiquense metrosexual construido con carretadas de dinero: por lo menos tres mil quinientos millones de pesos en cuatro años de auto-promoción mediática descritos por Jenaro Villamil en su nuevo libro Si yo fuera presidente: el reality show de Peña Nieto.



El posible candidato presidencial, seleccionado, asesorado, y adiestrado por personajes como Arturo Montiel y Alfredo del Mazo y Carlos Salinas de Gortari y ejecutivos de Televisa y muchas manos más que peinan el copete. Venden el producto. Posicionan la marca.



Enrique Peña Nieto, emulando a diario la estrategia salinista basada en la inauguración de grandes obras y el cumplimiento de pequeños compromisos. Promocionando a diario la lista de libramientos construidos, tractores regalados, apoyos económicos entregados. Ejemplo de lo que Octavio Paz llamó el “Ogro Filantrópico”; ese Estado que no construye ciudadanos sino perpetúa clientelas.



Millones de mexicanos educados para vivir con la mano extendida, parados en la cola, esperando la próxima dádiva del próximo político. Como los nueve mil que se aprestaron a celebrar el cumpleaños de Mario Marín hace unos días y los doscientos que hicieron cola para abrazarlo.



Como aquellos para quienes la corrupción se vale cuando es compartida. Como aquellos que volvieron a votar por el PRI en el Estado de México, a pesar de las marrullerías de Arturo Montiel y las marometas llevadas al cabo por su sucesor para encubrirlo.



Enrique Peña Nieto, actor de un espectáculo continuo, perfectamente producido, escenificado y actuado en la pantalla más grande del país. El candidato de “El Canal de las Estrellas” que hasta novia le consiguió. El candidato que las televisoras hacen suyo y se encargan de edificar. Con promoción política disfrazada de infomercial; con paquetes publicitarios que incluyen la compra de entrevistas en los principales noticieros; con la cobertura de un romance que recibe más atención que la guerra contra el narcotráfico; con el silencio televisivo que se guarda sobre el caso de Atenco o los femenicidios en el Estado de México o cualquier tema controvertido que podría evidenciar las fauces del joven dinoaurio.



Hay un Plan de Trabajo que Televisa ha puesto en marcha y cuyas instrucciones Peña Nieto sigue al pie de la letra: te doy la pantalla desde la cual propulsarte y me das una presidencia a la medida de mis intereses. Un trueque permanente de favores, dinero, gestión política a cambio de impunidad y promoción mediática.



Como advierte Julio Scherer García, la fórmula Peña Nieto es sencilla: comprar el tiempo en la televisión, corromper y corromper, mentir y mentir, aprender que a los aprendices se les puede y debe aprovechar. Todo para apoyar al joven muñeco, atractivo por su presencia física, a costa de la inteligencia y la pulcritud moral.



Todo para que el poder regrese a las manos de la mafia. Todo para que el PRI vuelva a Los Pinos.— México, Distrito Federal.


ideasypalabras@prodigy.net.mx



Por el bien de todos, primero los pobres.

El "Efecto Peniche" hace crisis en Tizimín


“La sociedad nos ha dado la oportunidad de demostrar que podemos ser mejores; la oportunidad de confirmar que podemos ser el partido que Yucatán necesita. Si defraudamos esa esperanza, nuestra estancia en el poder será efímera”

Mayo 2007
Ivonne Ortega Pacheco





Elecciones domingo 5 de julio de 2009

Por: Hugo Rodríguez Núñez
Para:
http://tiziminhoy.blogspot.com/


En Tizimín los gritos de júbilo de simpatizantes y militantes del PRI la noche del domingo 5 de julio ¡Ganamos! ¡Ganamos el primer distrito! ¡Le ganamos a los panistas! ¡Ganó “Libo”! Me llevaron a reflexionar e investigar que había de cierto y cuáles eran los resultados electorales en el municipio de Tizimín. Me preguntaba ¿Será que los ciudadanos tizimileños no tienen memoria? ¿Será que la percepción que se tenía de la administración de José Luis Peniche Bates quedó en el olvido? ¿Será posible que la campaña del PRI, y la personalidad de Ivonne y Liborio así como los recursos humanos, económicos y materiales utilizados, borraron las quejas ciudadanas? ¿Será que el mutis -voluntario o sugerido- de Peniche surtió efecto? ¿La construcción de escarpas y calles en plena semana electoral cumplió su cometido? Antes de proceder a emitir juicios y entrar en disensos con amigos, preferí investigar los resultados de dos fuentes: El IPEPAC con sus datos estadísticos de las elecciones del 20 de mayo de 2007 en el municipio; y el IFE con su Programa de Resultados Electorales Preliminares PREP, con el 100% de las casillas ya computadas.

El resultado y análisis de los datos oficiales obtenidos se los presento a continuación en virtud de ser importantes para determinar las tendencias del electorado en las elecciones municipales del 2010 en Tizimín.

En las elecciones para regidores del municipio de Tizimín del domingo 20 de mayo de 2007 el PRI con José Luis Peniche Bates como candidato obtuvo 15,092 votos; y el PAN con Ana Cristina Polanco Bautista como candidata obtuvo 13,098 votos, haciendo una diferencia de 1,994 votos a favor del PRI.

En las elecciones para las diputaciones federales del domingo 5 de julio de 2009 el PRI teniendo como candidato a Liborio Vidal Aguilar obtuvo en el municipio de Tizimín 10,678 votos; y el PAN que tuvo como candidato a Pedro Francisco Couoh Suaste obtuvo 12, 841 votos, haciendo una diferencia de 2,163 votos a favor del PAN.

En las elecciones del domingo 20 de mayo de 2007 en el municipio de Tizimín, el PRI obtuvo 15,092 votos a favor, y en las elecciones del domingo 5 de julio de 2009 en el municipio de Tizimín el PRI obtuvo 10,678 votos a favor.

La diferencia de votos obtenida por el PRI en el municipio de Tizimín entre las elecciones del domingo 20 de mayo de 2007 y las elecciones del domingo 5 de julio de 2009 fue de 4,414 votos menos.

En las elecciones del domingo 20 de mayo de 2007 en el municipio de Tizimín, el PAN obtuvo 13,098 votos a favor, y en las elecciones del domingo 5 de julio de 2009 en el municipio de Tizimín el PAN obtuvo 12,841 votos a favor.

La diferencia de votos obtenida por el PAN en el municipio de Tizimín entre las elecciones del domingo 20 de mayo de 2007 y las elecciones del domingo 5 de julio de 2009 fue de apenas 257 votos menos.

Mientras que el PRI disminuyó sus votos a favor, entre la elección del 2007 y la del 2009 en 4,414 votos menos; el PAN disminuyó sus votos a favor entre la elección del 2007 y la del 2009 en tan solo 257 votos menos.
Datos adicionales:

En 2007 se instalaron en las 41 secciones electorales 77 mesas de votación, de las cuales 50 ganó el PRI, 26 el PAN y 1 empate.

En 2009 se instalaron en las 41 secciones electorales 79 mesas de votación, de las cuales 20 ganó el PRI y 59 el PAN.

En 2007 la lista nominal fue de 42,289 ciudadanos empadronados, y emitieron su voto 29,381 ciudadanos. Con un porcentaje de participación ciudadana en el municipio de Tizimín de 69.48 % ubicándose por encima del porcentaje de participación ciudadana estatal que fue de 56.01 % Y el porcentaje de participación ciudadana nacional en el 2006 que fue de 58.55 %

En 2009 la lista nominal de Tizimín fue de 44,929 ciudadanos, y emitieron su voto 26,423 ciudadanos. Con un porcentaje de participación ciudadana de 64.90 % ubicándose por encima de la media nacional que fue de 44.69 % y de la media estatal que fue de 56.01 %

Factores a evaluar:

En el año 2000 se da la alternancia en la presidencia de la república. Pierde el PRI después de 70 años como partido en el gobierno. Llega Vicente Fox, candidato del PAN, con altos índices de popularidad. Al gobierno del estado de Yucatán llega Patricio Patrón Laviada, como candidato del PAN desplazando al PRI. En el municipio de Tizimín llega José Mezo Peniche candidato del PAN, desplazando a una cuestionada administración municipal priísta. Alineadas las administraciones en los 3 órdenes de gobierno, transcurre la primera mitad del sexenio de Fox en la presidencia de la república, y de Patrón Laviada en el gobierno de Yucatán. En las elecciones para regidores de la segunda mitad del sexenio, los ciudadanos tizimileños refrendan su apoyo al PAN otorgando el voto a Pedro Couoh Suaste, para ocupar la alcaldía durante la segunda mitad del sexenio de Fox-Patrón Laviada.

Para las elecciones de mayo del 2007 Pedro Couoh Suaste le apuesta a la continuidad de la administración panista, apoyando como candidata del PAN a María Cristina Polanco Bautista. La ciudadanía cuestionaba a Pedro Couoh Suaste actitudes autoritarias en la toma de decisiones, además del manejo político que grupos del PRI y PRD le dieron a la construcción de un recinto ferial.

Las condiciones eran adversas para el PAN; el fin del sexenio de Fox, su intromisión en la elección presidencial, el intento de nulificar políticamente a López Obrador mediante el desafuero, terminaron de desgastar ya su escaso capital político. La llegada de Calderón a la presidencia de la república, con el cuestionamiento de un fraude electoral por el movimiento obradorista, constituyó factores clave para preparar el ascenso nuevamente del PRI al poder.

En Yucatán el conflicto entre grupos al interior del PAN por las candidaturas en elecciones internas propició el resquebrajamiento del partido. Los candidatos panistas ganadores fueron blanco del fuego amigo y la no participación y apoyo en campaña. El sentido del voto de los grupos panistas inconformes se manifestó en los resultados electorales adversos.

Por otro lado el PRI se constituyó en aliado del PAN-gobierno, en su lucha contra el enemigo común representado por López Obrador y su creciente popularidad, la cual había que acabar a cualquier precio. Al interior del PRI empezó el llamado a la unidad, a la organización y disciplina interna, y empezaron a operar los grupos hegemónicos diseñando las estrategias y financiamientos para ganar elecciones, estableciendo alianzas de todo tipo con grupos regionales de interés. En ese marco se da la candidatura de Ivonne Ortega Pacheco como candidata del PRI al gobierno de Yucatán, y de Peniche Bates a la presidencia municipal de Tizimín.

El camino que queda por recorrer rumbo al 2012 es otra historia y participan otros actores políticos. Pero al menos en el municipio de Tizimín las elecciones del domingo 5 de julio de 2009 dejaron un mensaje claro de los ciudadanos, reprobaron la administración de José Luis Peniche Bates y al PRI. Las cúpulas priístas decidieron sostener a Peniche Bates a cualquier costo y en el 2010 seguro tendrán que pagar el precio de sostener a una administración municipal accidentada, por decir lo menos.


Si lo que estaba en juego hubiera sido la alcaldía de Tizimín, tendríamos hoy a Pedro Couoh Suaste de nuevo en la presidencia municipal.


Por el bien de todos, primero los pobres.

El uso y el abuso de la aritmética.


Crónicas

Gonzalo Navarrete Muñoz (*)
09/07/2009
Diario de Yucatán.


—¿Maestro que piensa de la democracia? —No es más que un abuso de la estadística —respondió Jorge Luis Borges, un incrédulo de la democracia electoral.

Alguna vez el autor de “El Aleph” dijo: Tiene el mismo valor el voto del culto que del ignorante, el del joven que el del hombre con experiencia. El PAN ganó las elecciones municipales del trienio 1968-1970. Víctor Correa Rachó obtuvo 38,074 votos, contra 13,200 del PRI. Fue una movilización ciudadana sin precedentes en la historia de Yucatán. El primer comité del PAN en el Estado se fundó el 30 de marzo de 1940.

En el comité de 1945 figuró un joven, Carlos Loret de Mola Mediz, quien andando el tiempo sería el adversario priista de don Víctor Correa Rachó para la gubernatura de Yucatán.

Víctor Cervera Pacheco recuperó la alcaldía de Mérida para el PRI en las elecciones posteriores a las de Correa Rachó.

En aquellos años el joven Cervera Pacheco gozaba de una gran popularidad. Años después perdió la contienda frente a su adversario panista, Manuel Fuentes Alcocer.

La última década del siglo XX abre con el triunfo de Ana Rosa Payán Cervera en la contienda por la alcaldía de la ciudad. El 1 de diciembre de 1990 el presbítero Lázaro Pérez Jiménez escribió en un editorial en el Diario: “¡Faraones, caciques, dejen partir a mi pueblo!”.

Era delegado del PRI en el Estado don José Guadarrama Márquez , hombre al que se le atribuían talentos especiales para obtener triunfos. Sin embargo, el Diario consignó: “Falló el experto alquimista con patente de corzo”.

Ana Rosa Payán, una joven sin experiencia ejecutiva, venció al ingeniero Herbé Rodríguez Abraham, quien ya había sido alcalde de la ciudad y gozaba de general reconocimiento. El 3 de septiembre el ingeniero Tuffy Gaber Arjona declaró: “La inexperiencia de la señorita Payán no será un obstáculo para realizar una buena administración”. Sorprendente declaración de un priista en medio de los reclamos de sus partidarios, quienes parecían estar convencidos de que se trató de “un descontón de Manzanilla”.

La realidad es que el licenciado Víctor Manzanilla ya tenía un serio enfrentamiento con el señor Cervera Pacheco, a cuyo grupo pertenecía el ingeniero Rodríguez Abraham. El poder de convocatoria del PAN era causa de asombro en todo el país.

La rudas discrepancias de los 80 y principios de los 90 rindieron frutos a favor de Acción Nacional. Patricio Patrón Laviada se impuso sobre Orlando Paredes Lara, llegando así el PAN al Palacio de la 61, para abandonarlo seis años después tras el triunfo de Ivonne Ortega Pacheco sobre Xavier Abreu Sierra.

Lo que hace 20 años parecía imposible ha sucedido: “la joya de la corona del PAN”, Mérida, se ha rendido al PRI, su entrega está más allá de cualquier duda razonable. Ni el gran personaje que fue Víctor Cervera Pacheco logró, en su segundo intento, algo semejante, Mérida parecía eternamente azul.

No estoy seguro de que Borges se haya expresado con precisión, las elecciones no son asunto de estadísticas sino de conteo aritmético simple. Cierto es que la democracia es imperfecta, pero es imposible no darle la razón al viejo y bravo guerrero Winston Churchill cuando aseguró que “a pesar de todo no se ha inventado un método mejor”.

Borges recelaba de la calidad de los votos, no le faltaba razón: se vota por la estampa, por la facha, por filias y fobias, por esto y por aquello y no ha de faltar quien vote razonadamente: ¡Qué bueno, que cada quien vote por quien le dé la gana! Pero si algo nos muestran las últimas décadas de la historia es que en Yucatán todo puede ocurrir, lo imposible se hace realidad. Quien venció ayer hoy es derrotado, quien fue derrotado puede levantarse, ésta es una gran lección de este abuso de la aritmética, la que no produce vencedores ni vencidos, sino hace mayacoles temporales.

Mérida, Yucatán.

Cronista de Mérida.

Miembro de número de la Academia Yucatanense de la Lengua


Por el bien de todos, primero los pobres.

Malas noticias, se trata del mismo PRI Salinizado, instrumento de los intereses corporativos y de la corrupción.

Salinas, Calderón, y Peña Nieto

Por: José Luis Sierra Villarreal.


Empecemos por el final, estamos ante la versión “reloaded” del PRI corporativo y corrupto. El mismo grupo de todopoderosos que empujó por el recambio partidista, en el 2000 y que, asustados ante la posibilidad de triunfo de AMLO, violentaron procedimientos e instituciones para imponer a FCH, los mismos usufructuarios del poder monopólico se aprestan ya a regresar a los escenarios al “viejo PRI”, con el argumento de “más vale malo pero conocido…”. ¿Y qué mejor operador que Carlos Salinas de Gortari, el promotor financiero de muchos de ellos?

El PRI que aspira a convertirse en fracción mayoritaria en la Cámara de Diputados, en las elecciones del 2009, y a reconquistar la Presidencia de la República, en el 2012, es básicamente el mismo PRI que perdió en el año 2000, con una salvedad importante, que es la reconstitución del poder y la influencia del grupo de Carlos Salinas de Gortari, dentro y fuera del PRI. Pasamos a revisar, sin más, la “salinización” que embarga al PRI.

Conocedor como nadie de las fuerzas políticas que actúan en el escenario nacional, Carlos Salinas sabía que sólo el tiempo, el tiempo y su cordura, podían lavar la imagen de “chupacabras” con la que concluyó su Gobierno, después de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y de Francisco Ruiz Massieu y después de haber intentado convertir a Ernesto Zedillo en un presidente pelele. En 1995 no había personaje político más desacreditado, más rechazado por el pueblo llano, que Carlos Salinas de Gortari.

El estudio de las transiciones experimentadas en distintos países deja saber que los partidos y los personajes repudiados, al cabo del tiempo y tras el fracaso de sus “enterradores”, son rescatados por el reconocimiento popular y hasta pueden volver a gobernar. Así sucedió en países que fueron del Bloque Socialista de Europa Central y Oriental, muchos de ellos gobernados ahora por versiones “reconvertidas” de los partidos comunistas (Polonia, Hungría, Rumania; Georgia, etc.). Así sucedió en nuestra América, con Alan García, en Perú; con Daniel Ortega, en Nicaragua; antes que ellos, con Joaquín Balaguer, en República Dominicana; con Perón, en Argentina.

Carlos Salinas, desde su auto-exilio irlandés pudo seguir muchos de estos casos y seguir de cerca, también, la marcha y los reacomodos que se daban en México.

Cuando el ánimo festivo de la “transición democrática” dio paso al desaliento y a la desesperanza por la transición frustrada, cuando los excesos de Marta Sahagún y las omisiones de Vicente Fox alimentaban el morbo de los mexicanos, Carlos Salinas sintió el momento de regresar a su patria pero, todavía, sin regresar a la política.

Algunas facturas pendientes de pago debió tener, todavía, el ex-Presidente, pues al asesinato de su hermano Enrique siguió sepulcral silencio de la familia toda, de la familia que seguía controlando con orquestal disciplina don Carlos.

El regreso de Carlos Salinas a la política se dio como regresan los poderosos: tras bambalinas, con harta discreción, moviendo personajes comprometidos, utilizando fortunas de otros, jugando piezas e intereses en cada encrucijada: primero ayuntó a Elba Esther y a Madrazo para ganar el PRI, luego utilizó a Beltrones para defenestrar a Elba, cuando ésta se volvió un obstáculo para la candidatura de Madrazo.

Madrazo, como candidato, resultaba fundamental para asegurar el triunfo del PAN sobre el PRD, en las elecciones del 2006: un candidato fuerte del PRI le hubiera quitado votos al PAN, beneficiando a AMLO.

Cuando Arturo Montiel se convirtió en obstáculo de la candidatura de Madrazo, se le aplicó la “receta Ahumada-Bejarano” (20 minutos de “exposición negativa” en la red TELEVISA-TV Azteca) para acabar con él y con sus aspiraciones. Esa fue la estrategia que diseñó, que armó, que manejó y que le dio resultados a Salinas y en la que el PRI jugó un papel subordinado a los intereses de “su” grupo.

La manera como se sacó adelante la Ley Televisa (finales del 2005 y principios de 2006) permitió saber que Salinas estaba entero, operando a toda capacidad en beneficio de los poderosos, el reducido clan del que forma parte y que es el que controla la marcha del país desde hace más de 25 años, de acuerdo a las circunstancias políticas del momento: con y desde la Presidencia, cuando ha sido posible; sin la Presidencia o contra la Presidencia, cuando ha sido necesario. La consigna en 2006 fue cerrarle el paso a Andrés Manuel y al PRD, la ganancia subyacente fue repartir el espacio radio-eléctrico del país entre una veintena de hombres/empresa.

Salinas no es priísta ni le importa en sí misma la suerte del PRI. Salinas está por encima del PRI, ha visto y ve al PRI como un instrumento que sirve a quien lo controla. Por eso le interesa, por eso se ocupa de controlarlo. Conviene recordar dos casos, muy conocidos, que resultan reveladores de la manera como Salinas ha visto y ve al PRI: uno fue en la XVI Asamblea del PRI, celebrada en 1993, en Aguascalientes.

Inaugurada con “bombo y platillo” por el Presidente del CEN, Genaro Borrego. Borrego Estrada marcó en su discurso la REFUNDACIÓN del PRI como eje de los trabajos de esa asamblea y del rumbo futuro del Partido. A la mañana siguiente, en un ambiente de sorpresa que no permitió aflorar la indignación de los delegados, se supo que Borrego Estrada había dejado de ser Presidente del PRI y que el nuevo abanderado era Fernando Ortiz Arana.

El segundo caso ocurrió en 1994, tras la muerte de Colosio y cuando personajes de reparto (Beltrones, Gamboa Patrón, Ruiz Massieu, Fernando Ortiz Arana), que se habían acercado a la vieja NOMENKLATURA priísta, realizaban maniobras para postular a uno de los suyos como candidato del PRI a la Presidencia. Informado de este intento, Salinas ordenó a Beltrones, uno de los “conspiradores”, que propusiera a Zedillo como el “candidato natural”, el idóneo para suceder a Luis Donaldo Colosio. Y Beltrones lo hizo de una manera infantil, grosera: puso un vídeo de un evento que había encabezado Luis Donaldo y en el que se refirió de manera elogiosa al trabajo y a la capacidad de Ernesto Zedillo.

En anterior entrega planteamos y analizamos cómo, tras las derrotas del 2000 y del 2006, el PRI se fragmentó (se balcanizó) en 32 PRI’s locales. Explicamos que el PRI, como partido nacional, es un cascarón, una estructura que existe formalmente pero que, en la realidad se vale de un PODER REFLEJO, el poder que le transfieren los partidos desde los estados. Pero así, hueca y sin fuerzas propias, el membrete y la estructura del PRI nacional viene siendo utilizada por algunos personajes (Gamboa, Beltrones, Peña Nieto, Salinas) para sus fines personales o de grupo.

Lo que ha hecho Salinas (y lo sabe hacer de manera magistral) ha sido infiltrarse, lenta, discreta, efectivamente, en las estructuras de los PRI’s estatales, al través de los líderes locales o de los grupos regionales de interés económico. Muy favorable a sus intereses y a su manera de operar, le resultó a Salinas la red de compromisos dejados en el aire por Madrazo. Salinas, al través de operadores como Manlio Fabio, los hermanos Rojas, Gamboa Patrón, y hasta Carlos Slim o Roberto Hernández, ha podido meterlos en el huacal de los intereses afines: candidaturas; dinero para campañas; tiempo en medios electrónicos; inversiones multimillonarias en los estados; recursos de fundaciones; etc.

Para que se tenga una idea precisa de la manera como se operan estos intereses, construyendo bastiones estatales al servicio de Carlos Salinas, revísese la propuesta de reforma al art. 16 de la Ley de Radio y televisión, la conocida como Ley Beltrones: los cuatro senadores que respaldan la iniciativa, además de Beltrones, los cuatro aspiran a gobernar sus respectivos estados, Carlos Lozano de la Torre, Aguascalientes; Rogelio Rueda Sánchez, Colima; José Calzada Rovirosa, Querétaro, Raúl Mejía González, Nayarit. Una buena manera de posicionarse dentro del Partido y de asegurarse recursos en abundancia para lograr, primero la candidatura y posteriormente la gubernatura, es reeditando la Ley Televisa.

Ahora bien, no demos oportunidad al engaño: la disputa de espacios y de reconocimientos que se da entre Beltrones y Peña Nieto es, en el fondo, una competencia por obtener el respaldo del Gran Elector, el único y todopoderoso en el PRI, que es Carlos Salinas de Gortari. Ambos personajes son figuras subordinadas a un proyecto y a una voluntad, son personajes de reparto que tendrán que “acostarse” o seguir en la brega mediática cuando así se les ordene, cuando convenga al interés del operador en jefe.

Beltrones es un personaje SOCIALMENTE IMPRESENTABLE –como lo era Madrazo-, que aseguraría la derrota del PRI. Por eso Manlio Fabio Beltrones puede serle útil, muy útil, a Carlos Salinas de Gortari, en caso de requerirse un candidato del PRI con vocación de “chivo expiatorio”. A Peña Nieto lo pueden desinflar de la misma manera en que lo han estado inflando: con dosis intensivas de T.V.

Mérida, Yuc.; 23 dic. 2008

Por el bien de todos, primero los pobres.

Breve Historia del Partido de la Revolución Democrática

Hacia mediados de la década de los 80, durante el régimen de Miguel de la Madrid, el sistema político mexicano comenzó a dar un giro en su política económica. México padecía una severa crisis y la adopción de un modelo económico completamente ajeno a la realidad nacional –impuesto desde el exterior– determinó el camino que seguiría el país en los años siguientes.

El neoliberalismo, que agudizaba la pobreza y la desigualdad en el mundo, no fue diferente en México: con su instrumentación, los índices de pobreza se elevaron de una forma escandalosa y sin precedentes en la historia de México.

Desde 1986, también el Partido Revolucionario Institucional comenzó a mostrar cambios en el perfil de sus miembros: fueron ingresando los primeros tecnócratas quienes consideraban el neoliberalismo como dogma de fé. Era una generación de políticos jóvenes que llegaron al gobierno con sendos doctorados en economía y finanzas procedentes de las universidades norteamericanas más prestigiadas, sin sensibilidad social ni política, y dispuestos a poner en práctica sus teorías económicas utilizando al país como laboratorio experimental.

La respuesta al interior del partido oficial no se hizo esperar. En un sano ejercicio de autocrítica, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo organizaron la llamada Corriente Democrática que buscaba, sin más, democratizar en todos sus niveles al Partido Revolucionario Institucional, mantener la visión social del partido y al mismo tiempo cuestionar las contradicciones económicas y sociales que surgían del nuevo modelo económico aplicado por el presidente de la Madrid.

A pesar de los esfuerzos democratizadores, la mayoría de los miembros del PRI se cuadraron a la disciplina partidista impuesta por el presidente de la República y sólo un pequeño grupo, encabezado por Cárdenas y Muñoz Ledo, decidieron seguir hasta las últimas consecuencias. En lo que fue quizá una de las fracturas más graves en la historia del partido oficial, la Corriente democrática rompió lanzas y salió del organismo político para engrosar una nueva y moderna oposición que despertaría la conciencia cívica en la campaña electoral de 1988.

El primer paso fue dado el 14 de octubre de 1987, cuando el Partido Autentico de la Revolución Mexicana, registró como candidato a la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas. La candidatura del PARM no parecía representar riesgo alguno para el partido oficial. Sin embargo, como el tiempo lo demostró, fue la primera piedra para construir el Frente Democrático Nacional. En las semanas siguientes se sumaron a Cárdenas el Partido Popular Socialista y el Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional.

Hacia mayo de 1988 la izquierda mexicana cerró filas de forma definitiva: Heberto Castillo renunció a la candidatura del Partido Mexicano Socialista en favor de Cárdenas. Así quedó conformada la alianza de partidos y organizaciones sociales de izquierda más mportante en la historia de México.

A la gran alianza de 1988 se unieron organizaciones sociales de izquierda como la Coalición Obrera, Campesina y Estudiantil del Itsmo (COCEI), la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México, la Unión de Colonias Populares, la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata, Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), la Organización Revolucionaria Punto Crítico (ORPC), la Organización de Izquierda Revolucionaria-Línea de Masas (OIR-LM, particularmente en el D.F.) y el Movimiento al Socialismo.

Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional, despertó la conciencia ciudadana, recorrió el país, tomó la plaza pública, organizó a la sociedad, unificó a los estudiantes, reunió a los intelectuales. Miles de personas acudían a los mítines de su candidato; gran parte de la sociedad se entregó a Cárdenas. Parecía un movimiento destinado al triunfo. Sin embargo, el sistema político mexicano no estaba dispuesto a perder. Cuatro días antes de las elecciones, fueron asesinados en la ciudad de México, Xavier Ovando y Román Gil, responsables del cómputo electoral del Frente Democrático Nacional.

El 6 de julio, día de la elección, desde temprana hora se empezaron a tener noticias de múltiples irregularidades cometidas por el aparato priísta. Como juez y parte en las elecciones, el gobierno –a través de su secretario de Gobernación, Manuel Bartlett- hizo lo necesario para revertir los resultados que favorecían a Cuauhtémoc Cárdenas.

Un par de horas después de iniciar el conteo de votos, ante la mirada atónita del país, Bartlett anunció a los medios que el sistema se había caído, por lo que suspendía la información de los resultados hasta las diez de la noche. Las horas de espera representaron votos en favor del PRI.

El tiempo transcurrió y el lunes 7 de julio, el fraude estaba consumado. El gobierno colocó a Cárdenas en el segundo lugar de las preferencias electorales con el 31% de los votos. El país había sido testigo del fraude más escandaloso de su historia.

La derrota no hizo claudicar la lucha por una verdadera transformación democrática y política.

Durante 1989, los esfuerzos se encaminaron a darle una estructura institucional a la poderosa movilización de fuerzas que había logrado aglutinarse en torno del cardenismo. El 18 de marzo de 1989 en Jiquilpan, Michoacán –en una fecha y lugar por demás simbólicos–, se convocó a la realización de asambleas distritales que permitieran cumplir con los requisitos de ley para obtener el registro como partido político nacional.

Un mes antes se habían presentado los documentos básicos del partido: la Declaración de Principios, el Programa de la Revolución Democrática, y los Estatutos del PRD. Los días 5, 6 y 7 de mayo de 1989, tuvo lugar la Asamblea Nacional Constitutiva del partido. Unos días después, el 13 y 14, se celebró el congreso del Partido Mexicano Socialista que adoptó los documentos, emblema y denominación del Partido de la Revolución Democrática.

Tras enfrentar una actitud negativa del Partido Acción Nacional y ataques virulentos del partido oficial, el 26 de mayo de 1989, se otorgó al PRD su registro como partido político nacional. El PRD llevó a cabo su primer Congreso Nacional en noviembre de 1990, en el cual se eligió al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas como el primer Presidente del Comité Ejecutivo Nacional.

En el discurso inaugural de la Asamblea Nacional Constitutiva del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas señaló: “Queremos que nuestra organización sea un instrumento de la sociedad, y no tan sólo de sus miembros o dirigentes, y para ello tendrá que dar en sus normas democráticas, en su vida interna, en la transparencia de sus recursos, en la autonomía de sus componentes regionales, en la libertad de sus tendencias y corrientes en su seno, en la unidad y en el respeto de las decisiones colectivas y, sobre todo, en la conducta personal de cada uno de sus miembros, la imagen tangible de aquello que propone para el país y para la sociedad. Recuperaremos los ideales históricos de la Revolución Mexicana, la vigencia plena de la Constitución y la legitimidad de nuestro gobierno y nuestros gobernantes. Restauraremos la República al fundar sus instituciones nuevas en una cultura política de libertad, racionalidad y tolerancia. Sobre estos cimientos sólidos y profundos, contra el régimen caduco del privilegio y la injusticia, del partido de Estado y el corporativismo, de la dependencia y la corrupción, levantaremos una nación de hombres y mujeres libres e iguales ante la ley y ante la vida, una patria democrática y solidaria, un México para los mexicanos todos”.

El PRD ingresó al escenario nacional enarbolando la bandera de la democracia –tema fundamental en la agenda política– y criticando el proyecto neoliberal que ha agudizado las condiciones de pobreza en las que viven millones de mexicanos. La tarea se antojaba titánica considerando que la nueva administración detentada por el presidente Carlos Salinas de Gortari –producto de una elección fraudulenta y sin legitimidad– evitó a toda costa emprender la reforma política y electoral necesaria para la democratización del país y, en cambio, dio cabida a negociaciones con el Partido Acción Nacional, fuera de todo marco legal, conocidas por la opinión pública como concertacesiones.

El panorama no era halagüeño. Durante todo el sexenio el Partido de la Revolución Democrática enfrentó los constantes embates de la administración salinista que decidió excluirlo del diálogo y mostrarlo ante la sociedad como un partido violento y peligroso para la estabilidad del país. Junto a la campaña orquestada en diversos medios, el gobierno también recurrió a los viejos métodos de represión utilizados por el sistema político mexicano a lo largo de su historia: amenazas, desapariciones y asesinatos. Durante el sexenio de Salinas de Gortari, trescientos perredistas perdieron la vida en la lucha por la democracia. Tomar la plaza pública, recuperar las calles, abrir los espacios citadinos fue la mejor arma del PRD en contra del autoritarismo.

Las movilizaciones constituyeron un dique para frenar el presidencialismo acostumbrado a violentar el pacto federal y para protestar por la serie de fraudes electorales que se hicieron comunes durante el sexenio. En Tabasco, una movilización social y política encabezada por Andrés Manuel López Obrador conocida como “el éxodo por la democracia”, llegó en noviembre de 1990 hasta la capital del país y obligó al gobernador Neme García a renunciar.

En Michoacán, la movilización ante el fraude electoral de julio de 1992 contribuyó a la renuncia del gobernador Eduardo Villaseñor. En las elecciones federales intermedias de agosto de 1991, el PRD obtuvo el 8% de la votación, suficiente para obtener 41 diputaciones federales por el principio de representación proporcional (plurinominales) en la LV Legislatura de la Cámara de Diputados (1991-94).

Desde la trinchera legislativa, el PRD encaminó sus esfuerzos a resistir las políticas del salinismo empeñado en reformar la Constitución para garantizar el establecimiento definitivo del neoliberalismo. Del mismo modo señaló y crítico severamente la desigual negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y la viciada política de privatización de empresas paraestatales.

A pesar de todos los inconvenientes y obstáculos que surgieron en el camino, el PRD llegó a las elecciones presidenciales de 1994, consolidado como un partido de izquierda sólido y fortalecido frente a los agravios del salinismo, aunque con pérdidas irreparables para el partido, para la democracia y para México.

El inicio del sexenio de Ernesto Zedillo fue un momento de reflexión para el PRD. La derrota electoral en la contienda presidencial de 1994 y la crisis económica con que inició el nuevo gobierno -golpe mortal a la ya de por sí precaria calidad de vida de los mexicanos- llevó a la dirigencia del PRD a replantear su papel frente a la situación del país. Era necesario reestructurarse hacia el interior y presentarse como la alternativa que la república necesitaba.

Oaxtepec, Morelos, fue la sede del III Congreso Nacional del PRD, realizado en agosto de 1995. Tras largas discusiones, el partido decidió impulsar –como tema prioritario– la realización de una reforma gradual del Estado que comenzara con una reforma política. Uno de los logros que el PRD obtuvo en esta materia fue el de las modificaciones constitucionales que permitieron a los ciudadanos del Distrito Federal votar para elegir a su Jefe de Gobierno.

El resultado de esta lucha de años se consiguió gracias al trabajo conjunto con la sociedad. 1997 fue un año importante en la historia de la democracia mexicana. Sin duda, un factor que permitió el crecimiento electoral del PRD fue el trabajo realizado por su Comité Ejecutivo Nacional, presidido por Andrés Manuel López Obrador y cuyo Secretario General fue Jesús Ortega Martínez , quienes obtuvieron el triunfo el 14 de julio de 1996 en una elección ejemplar, abierta a toda la militancia perredista.

El PRD desarrolló una campaña estratégica basada en tres ejes: la propaganda en radio y televisión, la campaña de cada uno de sus candidatos y el exitoso programa “Las Brigadas del Sol”, por medio del cual miles de simpatizantes perredistas dieron a conocer, casa por casa, las propuestas de nuestro partido. El esfuerzo colectivo dio como resultado el máximo de votación histórica del PRD, y lo colocó como la segunda fuerza en la Cámara de Diputados al ocupar 125 escaños.

La nueva correlación de fuerzas permitió al partido mantener una férrea oposición contra las políticas antipopulares del gobierno federal. Una de las batallas fundamentales fue contra el FOBAPROA. Los diputados perredistas lucharon por impedir que los mexicanos se vieran obligados a pagar 100 mil millones de dólares para el rescate bancario.

Al igual que en 1987, cuando la Corriente Democrática rompió la estructura del partido oficial, en 1997, el PRD fracturó al sistema político mexicano. A pesar de toda una campaña orquestada por el gobierno para evitar que el PRD ganara las elecciones del Distrito Federal, el 6 de julio de 1997 el candidato Cuauthémoc Cárdenas Solórzano se convirtió en el primer Jefe de Gobierno electo democráticamente tras imponerse en los comicios a Carlos Castillo Peraza (PAN) y Alfredo del Mazo (PRI). Las preferencias fueron contundentes, Cárdenas obtuvo el 48% de la votación y el PRD ganó la mayoría en la Asamblea de Representantes. El tiempo demostró que el PRD en el gobierno nada tenía que ver con la violencia o la inestabilidad política tan publicitada por el sistema. Al contrario, las administraciones perredistas han sido ejemplo de honestidad y trabajo.

A partir de 1997 los triunfos electorales se sucedieron uno tras otro. En 1998, Ricardo Monreal alcanzó la gubernatura en Zacatecas y Alfonso Sánchez Anaya hizo lo propio en Tlaxcala. Un año después Leonel Cota Montaño, en Baja California Sur, arrebató una gubernatura más al partido oficial. Con el triunfo de nuestro partido en cuatro entidades de la República, Andrés Manuel López Obrador dejó la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, para que tras un breve interinato del compañero Pablo Gómez, asumiera la dirigencia Amalia García Medina.

El PRD comienza a escribir una nueva historia en un México que cambia vertiginosamente día con día. Nuestra misión ahora es consolidarnos como un partido de izquierda, moderno, con una clara visión de estado y un proyecto de nación a largo plazo, en donde las demandas sociales sean una prioridad. Debemos, sobre todo, conformar una gran alianza de izquierda que coloque en el centro de la discusión los grandes temas de la agenda nacional. Nuestro partido debe ser un espacio abierto, plural y tolerante en el cual la libertad, la justicia, la equidad, el respeto a la diversidad y, en general, a una vida más digna, se erijan como pilares del partido, pero sobre todo de la nación.

Nuestra meta es convertirnos en la alternativa por la que optarán la mayoría de los mexicanos que quieren un país de libertades, de igualdad, de paz y de progreso.


Por el bien de todos, primero los pobres.

Un llamado a recuperar los espacios ciudadanos


Por: Hugo Rodríguez Núñez
sucilayu@gmail.com


Sin duda las elecciones intermedias para renovar la cámara de diputados federal del domingo 5 de julio de 2009 y sus resultados, son un espacio de reflexión para todos los actores políticos; especialmente para los partidos como el PAN y el PRD, que vieron caer estrepitosamente su votación y experimentaron el rechazo ciudadano.

El PAN debe los resultados de la elección, al rechazo ciudadano a las políticas públicas del gobierno federal encabezado por Felipe Calderón y su asunción al poder; pero también a las estrategias de campaña diseñadas para confrontar y exhibir al adversario, tratando de repetir la “guerra sucia” del 2006 en un escenario diferente y ante un PRI que en la percepción ciudadana ha sido su aliado. EL PAN ya tuvo en la renuncia de Germán Martínez, su presidente nacional, su primera reacción tratando de deslindar a Calderón de los resultados. Ahora les toca la ardua tarea de unificar a los grupos y liderazgos en su interior, reorganizarse y prepararse para enfrentar el 2010, como preámbulo a la verdadera elección que será en el 2012.

En el PRD no hubo sorpresas, era lo que se esperaba después de las elecciones internas desaseadas y la asunción a la presidencia del partido de Jesús Ortega, gracias a los buenos oficios del Tribunal Federal Electoral, y la inconformidad de la militancia. La estrategia de campaña sin contenido, representando la imagen de una izquierda “ligt” del agrado y al servicio de los detractores del movimiento Obradorista. El fracaso del “Así si gana la gente” de Chucho Ortega y Marianita en la cocina. Su tarea rumbo al 2012, tratar de conciliar al partido con el movimiento obradorista, que a estas alturas lo ha rebasado, y cuenta con una base ciudadana con presencia nacional.

El PRI reencontró sus raíces en la férrea disciplina impuesta desde las cúpulas del poder económico y político, más allá de lo protocolario de una dirigencia formal. Su centro de operaciones el Estado de México; y su promotor y guía Salinas de Gortari. Los grupos de interés giran en torno a los medios de comunicación como Televisa y TV Azteca, la mayoría de los medios impresos y la radio. Los grandes intereses financieros internacionales le apuestan al retorno del PRI a los pinos. Sus instrumentos los gobernadores priístas, los diputados y senadores incondicionales, las dirigencias sindicales, y el corporativismo. Sus bases un amplio movimiento territorial que se mueve con dinero público, y el maiceo de ciudadanos que dependen de las campañas priístas para subsistir. Sus satélites el PVEM, y próximamente el PANAL no lo dude.

La reflexión ciudadana nos lleva obligatoriamente a preguntarnos ¿Y ahora qué? ¿Acaba nuestro compromiso ciudadano al depositar nuestro voto? ¿Continuaremos siendo cautivos de la partidocracia? ¿Seguiremos siendo espectadores pasivos de los reacomodos partidistas?

Hay que recuperar los espacios ciudadanos. Tenemos que asumir una postura crítica y participativa. No más movimientos ciudadanos acotados y cooptados desde las cúpulas del poder. No más marchas estériles de protesta y llamados al voto nulo en épocas electorales. No más falsas representaciones ciudadanas. No más usurpación del poder ciudadano.

La actuación ciudadana debe ejercerse en cada colonia, centro de trabajo, y municipio. Nadie más que ellos conocen su espacio. Nadie más que ellos pueden solucionar sus problemas. Que nadie se abrogue el derecho de hablar por nosotros. La experiencia nos demuestra que los que se dicen nuestros representantes, solo representan sus intereses y los de sus superiores. Nunca a sus representados. Democraticemos nuestros espacios y hagamos valer nuestros derechos.

Devolver el voto universal, libre y secreto a los sindicatos debe ser una demanda ciudadana a los diputados federales que favorecimos con nuestros votos. No más democracias representativas.


Por el bien de todos, primero los pobres.

Hacia un Proyecto Ciudadano para Tizimín 2010-2012

Por: Hugo Rodríguez Núñez

Los resultados electorales del domingo 5 de julio de 2009 de manera global en el Distrito I, con sede en Valladolid favorecieron al PRI, de manera local en el municipio de Tizimín favorecieron al PAN. Esos resultados nos mueven a la reflexión y a plantear nuevos escenarios que no sean la simple alternancia en el poder, el bipartidismo, y el voto de castigo.

Mis planteamientos van para la ciudadanía de nuestro municipio por ser nuestra razón de ser, sin embargo el modelo puede aplicarse a otros municipios del estado y del país.

Antecedentes.

Durante 70 años de administraciones priístas, en Tizimín, nuestro municipio, el candidato oficial era seleccionado por el gobernador en turno. Luego de su designación no faltaban las felicitaciones y muestras públicas de apoyo de los sectores y ciudadanos interesados en brindarle su apoyo “incondicional a cambio de nada”. Lo que se conoce hasta la fecha como “la cargada”.

Los únicos méritos del candidato eran gozar de la amistad y del favor del gobernante en turno.

No existían los grupos disidentes inconformes al interior del partido y la disciplina partidista se imponía por encima de cualquier interés particular. El PRI, como hasta la fecha, solo servía para fines electoreros y era manejado –como hasta la fecha- por la autoridad municipal en turno.

Bajo ese esquema un presidente municipal obedece los dictados del gobernador en turno y no precisamente las necesidades de su pueblo. Se le otorga el poder político y la administración de un territorio y reproduce las prácticas clientelares de un partido al que le debe el puesto y bajo el cual encuentra cobijo.

El presente es un recuento de los últimos 39 años de las administraciones municipales de Tizimín, Yucatán y su vinculación con los gobiernos estatales y federales.

1970-1976
Presidente de la República Luis Echeverría Álvarez; Gobernador del Estado 1970-1976 Carlos Loret de Mola Mediz; Presidente Municipal 1970-1973 Luis Fernelly Rodríguez Sansores; Presidente Municipal 1973-1976 Carlos Alamilla Rodríguez. (Todos del PRI)

1976-1982
Presidente de la República José López Portillo y Pacheco; Gobernador del Estado 1976-1982 Francisco Luna Kan; Presidente Municipal 1976-1979 Mario Loeza Pacheco; Presidente Municipal 1979-1982 Jorge Metri Couoh. (Todos del PRI)

1982-1988
Presidente de la República Miguel de la Madrid Hurtado; Gobernador del Estado 1982-1984 Graciliano Alpuche Pinzón; Presidente Municipal 1982-1985 Gonzalo Coronado Castro; Gobernador Interino 1984-1988 Víctor Manuel Cervera Pacheco; Presidente Municipal 1985-1988 Roger Medina Morales. (Todos del PRI)

1988-1994
Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari: Gobernador del Estado 1988-1991 Víctor Manzanilla Shaffer; Presidente Municipal 1988-1991 Manuel Antonio Alcocer Hernández; Gobernadora Interina 1991-1994 Dulce María Sauri Riancho; Presidente municipal Edward Pérez Salazar (PAN) 1991-1993, primer alcalde surgido de la oposición, postulado por el Partido Acción Nacional. Se rompe la hegemonía del PRI y se gobierna como oposición a los gobiernos estatal y federal priístas con todo lo que ello implica. (Inicia la Alternancia PRI-PAN)

1994-2000
Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León; Gobernador del Estado 1994-1995 Federico Granja Ricalde (Mini periodo) Presidente Municipal 1994-1995 Carlos Alamilla Rodríguez (Mini periodo) Gobernador del Estado 1995-2001 Víctor Manuel Cervera Pacheco; Presidente Municipal 1995-1998 Verónica Farjat Sánchez; Presidente Municipal 1988-2001 Luis Fernelly Rodríguez Canto. (Todos del PRI)

2000-2006
Presidente de la República Vicente Fox Quezada (PAN); Gobernador del Estado 2000-2006, Patricio Patrón Laviada (PAN); Presidente Municipal 2001-2004 José Dolores Mezo Peniche (PAN); Presidente Municipal 2004-2007 Pedro Francisco Couoh Suaste (PAN). (Todos del PAN)

2006-2012
Presidente de la República, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa (PAN); Gobernadora del Estado 2007-2012, Ivonne Ortega Pacheco (PRI); Presidente Municipal 2007-2010 José Luis Peniche Bates (PRI). (Alternancia PRI-PAN)

En 39 años de administraciones municipales de Tizimín, el PAN ha gobernado 9 años. El primer trienio 1991-1993 con Edward Pérez Salazar; el segundo 2001-2004 con José Dolores Mezo Peniche; y el tercero 2004-2007 con Pedro Francisco Couoh Suaste.

Las demás administraciones municipales han sido priístas ya por 30 años.

Desde 1970 la oposición a las políticas públicas de los gobiernos priístas, era representada por el Partido Acción Nacional, respaldado por apenas una minoría de ciudadanos idealistas, convencidos de lo justo de su lucha. En cada elección, cuando presentaban candidatos, eran arrasados por la aplanadora tricolor (ahora conocida como la ola roja). Ser o declararse panista era arriesgarse al escarnio y a la segregación social.

A partir de 1988
surge el Partido de la Revolución Democrática a nivel nacional con Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo al frente, y aparecen los primeros simpatizantes en Tizimín. Han participado con candidatos obteniendo baja votación. Sin embargo han ocupado algunas regidurías en alguna administración municipal.

No existe una clara diferenciación en la ciudadanía de lo que representa un partido de izquierda. Predomina, como en todo el estado, el bipartidismo PRI-PAN, que para los estudiosos de las ciencias políticas en la actualidad representan lo mismo.

La situación actual del país, el estado, y en particular de nuestro municipio nos exige mayor participación ciudadana. Es público y notorio que el sistema actual de partidos no ha resuelto los problemas de la sociedad. En todos los ámbitos del municipio no hay avance, y cuando no hay avance hay retroceso.

Proponer un proyecto ciudadano desde las bases, tiene como objetivo ser escuchados por las autoridades, comprometer a los candidatos de cualquier partido político que aspire a la alcaldía, a trabajar por una agenda ciudadana, por encima de sus compromisos partidistas o de grupo. Compromiso ante notario y rendición de cuentas. A cambio tendrá el apoyo y reconocimiento ciudadano para las acciones que él emprenda.

Integra tus ideas y participa. Por un movimiento ciudadano incluyente.


Por el bien de todos, primero los pobres.

Pactos criminales, y crímenes sin pacto

Por: Roger Aguilar Salazar

El mundo está plagado de gobernantes criminales, y mendaces, como el que fue impuesto por un Tribunal a modo, que sacralizó el fraude electoral de 2006. De ahí en adelante, tras un paréntesis que no duró una década, no es la Constitución emputecida por los politiqueros la que rige, sino el supremo principio de cínicos e hipócritas: al poder se llega "haiga sido como haiga sido".

El inflado abogado que finge de Secretario de Gobernación declaró hace dos días, en respuesta a una petición de pacto por parte de un capo, que "el gobierno no pacta con el crimen organizado". Afortunadamente la frase fue corta y tal vez por eso pudo conservar su lengua intacta, porque si no la habría destazado con su monumental mentira.

¿El "gobierno" de Calderón no pacta con criminales? ¿Y qué fue lo que hizo, entonces, con Elba Esther Gordillo, Mario Marín, y Ulises Ruiz para brindarles impunidad; o con los magistrados del TEPJF, para violentar la Constitución y el COFIPE e imponerle una candidata espuria a Iztapalapa? ¿Quién si no Diego Fernández de Cevallos, de quien es socio Gómez Mont, complotó con Salinas para destruir las boletas que eran las pruebas del fraude electoral de 1988. ¿No fue el mismo bufete de abogados el que se confabuló con la famosa Paca para sembrar un cráneo e inventar culpables en el caso del asesinato de Ruiz Massieu?

Un funcionario del gobierno de Obama, me parece que el de la DEA, llamó a Calderón "héroe" por desatar la sangrienta guerra que ha convertido a México en el estado más violento del mundo. Bueno, los yanquis imperialistas llaman héroes a sus lacayos en gobiernos entreguistas. ¿Y qué es el gobierno de Obama? con el perdón de quienes ven en él a un demócrata, y hasta casi un revolucionario, si no un criminal de guerra, continuador de la invasión de un país, de cuyo territorio el ejército invasor no se va a salir, al menos mientras dure su gobierno; salvo que el pueblo iraquí o la crisis económica causada en parte por esa guerra, no los obligue a hacerlo.

El mal gobierno de derecha que tanto daño está haciendo a la nación, pacta y lo hace cuantas veces le hace falta con el crimen organizado, porque es también parte del crimen organizado, el político, acaso el más peligroso y mortal que pueda afectar a las naciones y al mundo entero.

Y los panistas, por cierto, vienen pactando con criminales desde que en 1988, a sabiendas del carácter delincuencial y genocida de Carlos Salinas, pactó con él con el peregrino pretexto de la imposible legitimación posterior que le negaron las urnas. Por qué, entonces, no puede pactar con uno de los grupos, si como todo parece indicar, tienen pacto con el chapo Guzmán? ¿Por qué no pactar una tregua al sangriento derramamiento de sangre que amenaza con hundir todavía más a la atribulada nación mexicana? Por qué no corregir una estrategia estúpida que se sustenta en otra estupidez, la ilegalización del consumo de drogas (No todas, legalizada está la cerveza que produce la señora Aramburuzabala, que por cierto, la ha hecho la mujer más rica de México).

Porque le es sustancialmente necesaria la guerra al gobierno del los Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del planeta, cuyos funcionarios no pierden el sueño por tolerar la tráfico de sus propios capos, con los que tienen indudablemente pactos. En ese país, que se sepa, nadie ha sido molestado por el poderoso ejército de esa nación, y eso que ahí se producen toda clase de drogas también, como la mariguana que alcanza centenares de toneladas.

Los lacayos vende patrias en cuyas manos está la república pacta con el crimen organizado del que es parte y con el que divide ganancias. No pacta con el de las drogas porque se lo tienen prohibido sus amos imperiales. Punto.


Por el bien de todos, primero los pobres.