26 de junio de 2009

Carta de Andrés Manuel López Obrador a TELEVISA





México, D.F. a 23 de junio de 2009


Emilio Azcárraga, Roberto Hernández, Pedro Aspe Armella, Claudio X. González, Germán Larrea, José Antonio Fernández, Alberto Bailleres González, entre otros, integrantes del Consejo de Administración de Televisa:

Me dirijo a ustedes para expresar mi enérgica protesta ante la actitud parcial y tendenciosa que mantiene Televisa en asuntos de interés público y, en particular, en lo que respecta al movimiento que encabezo.

Lo hago ante ustedes por ser dueños de Televisa y porque forman parte de la elite del poder en México. Considero que es legítimo su desacuerdo con mi convicción acerca de que la tragedia nacional es culpa del grupo que ha venido acumulando inmensas riquezas al amparo del poder público y a costa del sufrimiento de la mayoría de los mexicanos. Sin embargo, la actitud asumida por ustedes y expresada en Televisa es a todas luces inmoral y contraria a la libertad y a la democracia.

Televisa ha hecho a un lado la objetividad y el profesionalismo. Ustedes deciden de acuerdo a sus intereses qué informan y qué no informan, a quién promueven y a quién destruyen. En lo que a nosotros corresponde, Televisa se ha dedicado a atacarnos de manera vil. Tal como sucedió recientemente en el caso de Iztapalapa, que manipularon imágenes para mostrarnos como “intolerantes y autoritarios”, sin darnos la oportunidad de explicar nuestras razones y sin abordar el fondo del asunto: la anulación de la candidatura de Clara Brugada a Jefa Delegacional por consigna del poder oligárquico, con la intención de cancelar el derecho del pueblo a elegir libremente a sus autoridades.

De modo que les invito a reflexionar sobre la forma en que Televisa maneja la información, porque es inmoral lo que están haciendo. También les expreso que aunque insistan en destruirnos políticamente, habemos millones de mexicanos dispuestos a hacer valer nuestros derechos ciudadanos y a continuar nuestro movimiento por la vía pacífica y electoral para la transformación del país.

Atentamente

Andrés Manuel López Obrador

Por el bien de todos, primero los pobres.

24 de junio de 2009

Carmen Aristegui: Caso Iztapalapa. CNN



Por el bien de todos, primero los pobres.

23 de junio de 2009

Canallada


Por: Alejandro Encinas Rodríguez
(publicado en El Universal el 20 de junio de 2009)


Iztapalapa enfrenta hoy una nueva afrenta del gobierno federal y sus aliados. La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que retira la candidatura a Clara Brugada es una decisión arbitraria, que vulnera nuevamente la independencia del PRD y la voluntad de los militantes perredistas a quienes se pretende imponer una candidatura a modo en esa delegación.

Se trata de una verdadera canallada, de una decisión adoptada con alevosía, que deja en indefensión a la candidata y favorece a una minoría que adolece del respaldo partidario. Una decisión que da cuenta, además, de la profunda crisis de las instituciones públicas del país, en este caso el Tribunal Electoral, que —lejos de garantizar los derechos ciudadanos y el cumplimiento de la ley— se ha convertido en un tribunal de consigna y en el brazo político de una coalición de intereses que pretende socavar el avance de la izquierda e impedir que ésta encabece la transformación de nuestro país y la defensa de los intereses de la mayoría de los mexicanos.

Esta coalición de intereses es la misma que designó a los magistrados del tribunal, lo que los ha subordinado de origen y les ha dado impunidad, avalando conductas corruptas como las operaciones fraudulentas en la adquisición y arrendamiento de inmuebles de la institución, al igual que a otros magistrados denunciados por recibir prebendas del candidato priísta en Baja California para acreditar la legalidad de su candidatura a gobernador.

Los magistrados carecen de autonomía y de autoridad moral. Sus integrantes obedecen a quienes los designaron: son sus antiguos colaboradores, viejos burócratas que participaron en la operación fraudulenta de 2006.

Esta resolución constituye un agravio a los habitantes de la ciudad de México, un intento de minar al Gobierno de la ciudad. Se trata de un acto que abona en contra del proceso electoral, que alienta la abstención y muestra que las instituciones no funcionan. Es una provocación que revive el conflicto interno del PRD, un fraude anticipado contra los ciudadanos de Iztapalapa. El tribunal abona así no sólo al demérito de la democracia y de las elecciones, sino al deterioro, a la descomposición y a la corrupción de las instituciones públicas.

Pero también tenemos que decir que no es un asunto exclusivo de los grupos de interés de la derecha y del Estado. Esta decisión ha contado con la colaboración y complicidad de miembros del partido que, lejos de defender un proyecto y la autonomía de nuestra organización, buscan complacientemente negociar el futuro de nuestro proyecto.

Ahora resulta que se llama traición la defensa del interés mayoritario del PRD en el Distrito Federal y en Iztapalapa. No sorprende que Jesús Ortega defienda la resolución del tribunal, esa es su “fuente de legitimidad”, como tampoco podemos acusar traición a principios que nunca se han tenido. Ortega y su grupo en Iztapalapa deben asumir su responsabilidad, él y su grupo generan una nueva situación de fractura, al pactar a espaldas del partido una candidata ajena a la militancia. El tribunal les ha brindado de nueva cuenta un servicio, que pronto habrán de corresponder.

En esta campaña asumí un compromiso para evitar una regresión electoral del PRD y de la izquierda. He realizado una campaña nacional que postergó la resolución de nuestras diferencias. Mas la respuesta es otra vez la obsesión por crear una izquierda cómoda y acomodada en el control de una burocracia que abandonó el proyecto de transformaciones que nos propusimos de origen. Ante esta afrenta es imposible quedar impasible y actuaré congruentemente en apoyo a mi partido en el Distrito Federal y a mis compañeros en Iztapalapa.
Nota de http://izquierdavision.blogspot.com : Iztapala fue gobernada por René Arce Islas cuyo verdadero nombre es Oscar Nahum Círigo Vázquez en el periodo 2000-2003; despues por su hermano menor Víctor Hugo Círigo Vázquez en el periodo 2003-2006; y ahora la candidata del TRIFE-PRD es Silvia Oliva esposa de René Arce Islas.

Por el bien de todos, primero los pobres.

Iztapalapa

Imagen de: http://cafeypetroleo.blogspot.com

Por: Carmen Aristegui F.
(Publicado en Reforma el 19 de junio de 2009)

A escasas tres semanas de que se desarrolle la jornada electoral intermedia del 5 de julio en el país, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió un polémico fallo que no sólo pone en jaque la paz de las elecciones en la demarcación más grande de la capital, sino que ha colocado al borde de una fractura formal al Partido de la Revolución Democrática y a su ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Iztapalapa ha sido la principal arena de la disputa entre los grupos del PRD. En la más poblada de las delegaciones se dirime la supremacía de una de las dos corrientes predominantes en la izquierda nacional y se dirime también si hay cabida, o no, para ambas dentro de la tercera fuerza política del país.

El galimatías provocado por el Tribunal, con un fallo inapelable, los ha puesto en pie de guerra en una confrontación que de tan virulenta no se compara con la que pudieran tener con cualquier otro partido o adversario fuera de ahí. La resolución no ha hecho más que empujar al despeñadero a este partido que, por demás, ha caminado en el filo de éste desde hace ya demasiado tiempo. La pregunta que ronda es si el máximo órgano de justicia electoral hizo lo que hizo en una acción deliberada para dañar a unos y favorecer a otros en un momento clave y de definiciones. Si lo hizo, como muchos presumen, con cálculo político y con afán de definir esa disputa por razones extrajudiciales, a través de un fallo de dudosa consistencia jurídica, estaríamos simple y llanamente ante un hecho de proporciones incalculables.

Cabe preguntar si acaso el Tribunal —que es considerado como parte de la “mafia que gobierna a este país”, según palabras de López Obrador— encontró aquí la oportunidad certera y demoledora para precipitar el débil castillo que mantenía bajo sus siglas a los miembros del PRD. Quienes forman parte de este Tribunal han sido atacados, injuriados y vilipendiados constantemente por López Obrador y la corriente que lo acompaña. No tendrían por qué tener simpatía por el ex candidato presidencial. De eso no hay duda, pero de ahí a que por ésa u otras razones hayan decidido intervenir y modificar el fallo dictado por el Tribunal Electoral del Distrito Federal que dio el triunfo a Clara Brugada y tumbarle la candidatura —con las consecuencias previsibles que estamos viendo en estos días— debería haber una gran distancia.

Si, efectivamente, estamos ante una intromisión indebida y hasta perversa del Tribunal, ese solo hecho haría de ese cuerpo colegiado un ente indigno de la alta responsabilidad que le fue conferida. Estaríamos frente a un hecho más en el drama de la política nacional encarnado ahora por el máximo Tribunal. Si los magistrados intervinieron con intenciones aviesas para descarrilar lo que quedaba de los equilibrios en el PRD, lo están logrando. Con medidas insospechadas, los que han visto perder la candidatura en este enclave han mandado señales que producen una enorme confusión. Se ha generado un enredo tal que es imposible saber en qué parará esta elección y los niveles de enfrentamiento que desencadenará.

Una salida desesperada para recuperar el barco perdido fue la que ideó —al vuelo—- López Obrador durante el mitin del martes en Iztapalapa. En un discurso desaforado dio instrucciones, acomodó candidaturas e hizo pasar de la euforia al pasmo a la multitud que oía de los retruécanos por los que habría de pasar para lograr que Brugada finalmente llegue a la delegación. Sin consultarlo, dio por hecho que Marcelo Ebrard enviaría a la Asamblea la propuesta de Brugada para sustituir al candidato ungido, el del PT, para tomar la estafeta una vez que haya obtenido un triunfo que no sería de él, sino del movimiento y de la candidata defenestrada que estaría presente en la elección a través de lo que algunos han llamado con humor una candidatura subrogada.

López Obrador mostró un talante inapropiado, excedido y que habrá causado regocijo entre sus detractores. Los magistrados, por su parte, sienten ya el peso de las críticas. En la sesión del miércoles uno de ellos, Flavio Galván, tuvo que enunciar, para negarlas, las principales acusaciones: “...jueces corruptos, jueces vendidos, jueces partidistas, influenciados por la política”. En esta historia, cada quien tendrá que hacerse cargo de lo que haga y de lo que diga. Así sea al calor del mitin o al calor de una resolución judicial. A Iztapalapa, por lo pronto, se le ha convertido ya en un polvorín.



Por el bien de todos, primero los pobres.