5 de agosto de 2009

¡Literalmente mandarlos al carajo!


A quien hace mal su tarea o comete una falta hay que mandarlo literalmente al carajo. Y es que el carajo según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se le llama a la pequeña canastilla que se encontraba en lo más alto del palo mayor de las antiguas embarcaciones. El carajo dada su ubicación en lo más alto del mástil era un lugar inestable, donde se manifestaban con mayor intensidad los movimientos del barco.

Cuando un marinero cometía una falta se le mandaba al carajo en señal de castigo o se le ataba al palo mayor. Por la distancia y altura del piso del barco a la posición del carajo, es correcta la expresión “vete al carajo” cuando queremos dejar de ver a alguien que nos caiga mal o no sea de nuestro agrado.

Otra situación es que cuando el marinero bajaba del carajo estaba tan mareado que durante un buen tiempo no servía para nada, por eso, a los que demuestran su inutilidad para realizar algún trabajo se les dice: “no sirves para un carajo” o bien, cuando te va mal “me fue del carajo” o si te llamaron la atención “me carajearon”.

En virtud igual de la distancia del piso del barco al carajo, es correcta la expresión “Está más lejos que el carajo” o “está en casa del carajo”. Es obvio que entre los marineros nadie quería estar en el carajo o ir a parar en el carajo. Por eso mismo es correcto decir cuando algo o alguien no te interesa decir “me importa un carajo”. Te corrieron del trabajo es sinónimo de "me mandaron al carajo"

Por eso como ciudadanos cuando los funcionarios y/o las instituciones hacen mal su trabajo, cuando los partidos políticos no responden al interés de la ciudadanía, o cuando jueces, magistrados, autoridades electas, senadores o diputados, no cumplen con lo prometido o no responden a las expectativas ciudadanas; con toda propiedad se les debe mandar literalmente ¡al carajo”!

Por el bien de todos, primero los pobres.

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